Da igual de dónde vengas. El Teide te sobrecoge. Puede que no seas de montaña. Pero estás ante lava ancestral, flora y fauna endémica y un mar de nubes inmenso. Biología y geología puestas al servicio de tu vista. De tu admiración. El paisaje es un regalo. No es otra cosa que un regalo para nosotros, humanos, casi siempre insensatos. Cuando subas a la cumbre, admira el paisaje, pero sé respetuoso. A lo mejor no hay un demonio en su interior. A lo mejor los guanches se equivocaron y Guayota no existe. A lo mejor el demonio es aquel que tira la lata y esconde la mano. Un lugar sagrado merece tu contemplación.
Este es el resultado de la mía: un poema que publiqué, allá por el 2016, en Tenerife, paisajes de palabras, Teneriffa: Wortlandschaften, de Editorial Puntillo, junto a otros grandes poetas.
CUMBRE
Para ti tengo guardado
mi tajinaste en flor,
la brisa del alisio
un tibio mediodía
y el río de un almagre para tu sed.
Para ti he reservado
la violeta del Teide
que nace en la cañada
del negro pedregal
y un ocaso de estrellas
para tus noches tristes
con todos sus cometas
doblegándose a ti.
Con los primeros copos
que escarcharán los roques
y vuelven purpurina la flor de malpaís
te guardo una retama, ataviada de nieve,
y el llano nacarado, inmenso, para ti.
Escribo poesía. Enseño Lengua y Literatura española. Investigo el significado de las palabras y la obra de otras escritoras.